lunes, 30 de noviembre de 2009

LA HIDROTERAPIA DE COLON: PRIMER PASO PARA DESINTOXICAR EL ORGANISMO


¿Qué es?

La limpieza intestinal conocida desde los antiguos escritos hallados en el Papiro Ebers en Egipto, se realiza hoy en día, con equipos que aplican agua a una presión controlada para facilitar la eliminación de las heces incrustadas en los pliegues del colon.

Beneficios
Aunque usted evacue a diario, con los años las toxinas se van incrustando en las paredes del intestino grueso, y éstas son absorbidas nuevamente por el torrente sanguíneo.
Esta constante autointoxicación es la causa de dolores de cabeza, cansancio, depresión, dolores articulares, alergias, y un largo etcétera.
La hidroterapia de colon es una técnica indolora, inodora, beneficiosa y necesaria para todas las personas, ya que mantiene las paredes del intestino grueso y su flora en óptimas condiciones.
Esto nos ayuda a prevenir y a mejorar todas las enfermedades, y da resultados excelentes en todos los procesos alérgicos.
Estos son los importantes beneficios que le proporciona la hidroterapia de colon:
• Eliminación de bacterias patógenas causantes de flatulencias.
• Eliminación de parásitos / lombrices.
• Regeneración de la flora intestinal.
• Disminución de diarreas, ya sean por virus, bacterias, o parásitos.
• Mejoría de la tonicidad abdominal.
• Prevención en el cáncer de colon.
• Ayuda en los tratamientos de la intolerancia a la lactosa.
• Pérdida de volumen y ligereza de peso en personas gruesas y aumento de peso en personas delgadas por una mejor asimilación de los nutrientes.
• Mejoría o desaparición de los síntomas alérgicos.
• Sensación de ligereza y bienestar.
• Mejoría de los edemas y de los estados inflamatorios.
• Mejoría de las enfermedades crónicas.
• Eliminación de toxinas (imprescindible y de excelentes resultados).
• Disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos.
• Mejoría de la función sexual.
• Estimulación del sistema inmune.
• Prevención de enfermedades infecciosas por mejora del sistema inmunológico.
• Prevención de tumores.
Además de muchos otros beneficios que le ayudarán a mejorar su salud.

¿Cómo afecta la acumulación de toxinas en el intestino?
En nuestros intestinos se encuentra una de las principales herramientas del cuerpo para que se establezca un correcto equilibrio de nuestra salud general: la eliminación de desechos.
El colon, junto al hígado y los riñones, es uno de los responsables de la limpieza de nuestro organismo.
Desde los intestinos, la sangre cargada con nutrientes pasará a nuestros órganos y de éstos al resto del torrente llegando a todas las partes de nuestro cuerpo.
Dependiendo de la calidad de nuestra sangre, así será nuestro estado de salud.
Un colon que no realice correctamente su tarea de absorción de nutrientes no podrá proveer al resto del organismo de éstos, porque sencillamente no puede absorberlos. El colon está demasiado saturado para poder separar toxinas de nutrientes, de esta forma, nuestro cuerpo empezará a autointoxicarse, dando como resultado la aparición de enfermedades y síntomas de desequilibrio en nuestra salud.
La materia fecal y toxinas acumuladas en el intestino provocarán el desarrollo de bacterias no favorables con el consecuente desequilibrio.
Las defensas del organismo sufrirán un descenso, mostrándose el sistema inmune debilitado.
Dolencias, afecciones, alergias...
La acumulación de toxinas en el intestino provocará la aparición de dolencias tales como:
• Flatulencias
• Malas digestiones
• Diarrea
• Fatiga
• Dolores de cabeza
• Desequilibrios bacterianos
• Resfriados
Muchos profesionales de salud ligan este problema a enfermedades como:
• Artritis
• Síndrome pre-menstrual
• Presión alta
• Gastritis
• Irritabilidad
• Obesidad
• Insomnio
• Falta de energía
• Problemas de la próstata
• Estrés
• Poca memoria
• Problemas de la piel
...y muchos otros desequilibrios.

http://www.adhico.com

miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA IMPORTANCIA DEL HÍGADO EN NUESTRA SALUD


Si todo anda bien, no tenemos motivo para darnos cuenta del trabajo del hígado: la digestión se realiza sin problemas y el cuerpo funciona normalmente. Por el contrario, los inconvenientes digestivos en general, suelen advertirnos que algo anda mal en el sistema hepatobiliar. Sin embargo, y dado que el hígado interviene en gran cantidad de funciones corporales, los síntomas de su malfunción son muy variados y normalmente no se relacionan con su desorden funcional.

Un hígado cansado y sobrecargado genera gran variedad de síntomas físicos, como: dificultades para asimilar alimentos, inapetencia, dolores de cabeza luego de comer, boca pastosa, lengua blancuzca o amarillenta, sabor amargo en la boca, hinchazón de vientre, acumulación de gases, nauseas, vértigo, piel amarillenta, cutis graso, granos, catarro, estreñimiento, heces en forma de confites o poco consistentes y de color amarillento, insomnio en las primeras horas de la noche y dificultades para despertar por la mañana, picazón de piel, caspa, caída del cabello, migrañas, cefaleas, dolor en la nuca, síndrome premenstrual (catabolismo hormonal), fatiga muscular, edemas, calambres, mala circulación venosa, coloración verdosa del rostro y los ojos, fobia a la luz, dificultad para permanecer al viento, problemas de visión, afecciones oculares, precoz pérdida de la vista…

La relación hígado/visión, ampliamente conocida por la antigua medicina oriental y totalmente ignorada por la ciencia occidental, es fácil de verificar dado el estrecho vínculo entre ambos órganos y la rápida respuesta que se genera. Una depuración hepática, incrementa automáticamente la capacidad visual. Esto hemos podido experimentarlo personalmente y a través de testimonios impactantes: una persona nos refería haber tenido que desechar nuevos anteojos con mayor aumento, apenas después de haber concluido una primera limpieza hepática profunda.

Dos líneas verticales en el entrecejo, nos indican un hígado agotado. Cefaleas y migrañas aparecen cuando este órgano se siente afectado y no llega a desempeñar su función de empujar y distribuir la energía hacia la cabeza y las extremidades; entonces la cabeza se congestiona y se calienta, al mismo tiempo que las manos y los pies se enfrían.

Dado que el hígado es responsable de la formación de la albúmina y las hormonas, su malfunción repercute directamente en los sistemas inmunológico y hormonal. Una alergia está indicando claramente que algo no marcha bien a nivel hepático. Es notable la rapidez con que remiten las reacciones alérgicas, una vez que hemos depurado el hígado.

Ya nos referimos a la relación albúmina defectuosa-células tumorales, por lo cual un cáncer no es más que el reflejo de un hígado colapsado. Y pensar que una persona con cáncer es sometida a potentes drogas que no hacen más que agravar el colapso hepático. En general puede afirmarse que todas las enfermedades crónicas y degenerativas reflejan el mal estado hepático o, mejor dicho, resultan su consecuencia directa.

La medicina oriental clasifica a hígado y vesícula como órganos pares, es decir que se afectan mutuamente: si está mal uno, también está mal el otro y viceversa. Los síntomas físicos del desorden vesicular son: dolores de caderas, migrañas (localizadas sobre todo en la sien derecha), boca amarga por la mañana, vómitos ácidos, tensiones en el hombro derecho, dolores en las articulaciones (rodillas en particular), cuello rígido, ansiedad e insomnio. El color de la piel suele ser pálido o amarillento, tonalidad que también se evidencia en los ojos.

HÍGADO Y EMOCIONES

El estado emocional y la claridad mental de una persona, dependen de la libre circulación de la energía y la sangre. Precisamente es el hígado quien controla ambos factores, y por tanto la estabilización del equilibrio emocional. Un hígado sano proporciona juicio claro y decisiones firmes; la acción que genera es rápida y consecuente. La emoción positiva de un hígado sano es el idealismo.

El bloqueo de la energía del hígado, crea un estado depresivo y de agobio. La tendencia psíquica negativa es la cólera, que se produce como reacción a la depresión y es acompañada por crisis de irritabilidad, mal humor, ira y violencia. Las crisis de cólera son normalmente reprimidas hasta el momento en el cual se liberan, desembocando en verdaderas erupciones volcánicas, con deseos de gritar y pegar. Esta emoción se considera la más dañina, pues condiciona todas las funciones del sistema energético, al alternarse euforia con depresión.

Los desequilibrios biliares se asocian con rigidez de pensamiento, cólera, excesiva preocupación por los detalles, frustraciones y miedo hacia lo desconocido. Decisiones y acciones quedan paralizadas.

Según la medicina tradicional china, el hígado es el “maestro de la astucia y de la acción”, así como la vesícula biliar lo es de la “fuerza de decisión”. La salud de ambos órganos determina la capacidad de ser un líder; es el “eterno ganador”. La capacidad de previsión, o sea de anticipar la realidad interior y exterior, depende de la salud del sistema hígado/vesícula.

LOS CÁLCULOS BILIARES

Como hemos visto, todo tiene que ver con la correcta función hepática. Nuestro laboratorio interno cumple gran cantidad de funciones y casi todo lo que ocurre en el cuerpo tiene que ver con su estado. A raíz del ensuciamiento alimentario y la consiguiente permeabilidad de la mucosa intestinal, grandes cantidades de sustancias inconvenientes alcanzan el hígado y generan un crónico colapso tóxico, que repercute en muchos ámbitos y que generalmente no es tenido en cuenta a la hora de abordar un problema concreto de salud.

Es el caso de los cálculos biliares, que se generan dentro de la estructura hepática (cálculos intra hepáticos). Pese a comprometer en grado sumo la eficiencia del hígado y sobre todo el correcto flujo de bilis, es un tema que la medicina alopática no atiende como debiera. Lo que aquí se propone, es sencillamente un método de limpieza para eliminarlos del cuerpo; esto permite recuperar la correcta funcionalidad del hígado y resolver graves desordenes crónicos.

Los cálculos intra hepáticos (como los que se aprecian en las fotografías) están constituidos por colesterol, fragmentos de bilis coagulados, calcio y pigmentos, como la bilirrubina. Además tienen desechos coloidales (moco), toxinas, bacterias y parásitos muertos. Siendo el colesterol el principal ingrediente, son poco perceptibles en la tecnología de diagnóstico por rayos o ultrasonidos. A lo sumo, en muchos casos se diagnostica a la persona como hígado graso (aparecen zonas blancas en los exámenes por ultrasonidos). Es posible que una persona con este diagnóstico tenga cientos o miles de piedras de distintos tamaños, alojadas en su hígado.

Imagen simplificada que muestra los cálculos alojados en los conductos biliares del hígado, en la vesícula y en el conducto que transporta la bilis hacia el intestino. Notar que dicho conducto descarga en el mismo lugar que el páncreas (círculo). Por tanto su obstrucción, afecta el arribo de ambos fluidos al intestino.

No debemos confundirnos con los cálculos vesiculares, ya calcificados, que se detectan sencillamente con radiografías y que generan reacciones dolorosas, las cuales concluyen con intervenciones que “mutilan” este órgano importante de la función digestiva e intestinal. Los cálculos en la vesícula deben ser considerados apenas la “punta del iceberg” respecto a lo que se encuentra alojado en el hígado.

Las personas con enfermedades crónicas, seguramente tienen centenares de cálculos obstruyendo los conductos biliares intra hepáticos. La bilis es un fluido amarillo verdoso y alcalino, esencial en la química corporal. Además de colaborar en los procesos metabólicos de grasas, proteínas y minerales, la bilis mantiene el orden de las grasas en sangre, elimina material tóxico del hígado, alcaliniza los intestinos y evita la proliferación de microorganismos nocivos en el colon, entre otras cosas.

Una persona saludable produce aproximadamente un litro diario de bilis. En cambio, individuos con cálculos biliares y enfermedades crónicas, llegan a producir apenas un tercio o menos de esa cantidad. Por lo tanto serán personas con mala digestión del alimento (dispepsias), desorden en los triglicéridos, acidificación intestinal, toxicidad hepática, desorden en la flora del colon, etc.

Síntomas de presencia de cálculos biliares

• Acidez estomacal
• Adormecimiento o calambres en piernas
• Alzheimer, Parkinson, trastornos cerebrales
• Artritis y gota
• Asma
• Cabello graso o calvicie
• Carencia vitamínica
• Colesterol elevado
• Congestión linfática
• Debilidad
• Desorden hormonal
• Diabetes
• Dolores de espalda y hombros
• Escoliosis
• Evacuaciones claras
• Extremidades frías
• Gastritis
• Hemorroides y várices
• Hepatitis y cirrosis hepática
• Impotencia sexual
• Infecciones (cándidas, herpes)
• Inflamación vesicular
• Irritabilidad y cólera
• Mala digestión
• Manchas en piel (brazos, espalda, rostro)
• Mareos y desmayos
• Obesidad
• Ojos hinchados y/o amarillentos
• Osteoporosis
• Pancreatitis y tumores pancreáticos
• Pesadillas
• Piel amarillenta
• Problemas circulatorios y cardíacos
• Problemas de visión
• Problemas dentales o de encías
• Problemas intestinales
• Problemas renales y urinarios
• Rigidez articular y muscular
• Sabor amargo en boca
• Tono oscuro y “bolsas” bajo los ojos
• Ulceras y aftas bucales

Factores generadores de cálculos biliares

• Sobrealimentación
• Cenas copiosas
• Exceso de proteínas
• Ingesta de almidones sin procesar
• Consumo de lácteos
• Aceites industrializados y margarinas
• Alimentos refinados (sal, azúcar, harinas)
• Colesterol oxidado (leche y huevo en polvo)
• Productos bajos en grasa (lights)
• Alimentos con conservantes
• Adelgazamientos rápidos
• Deshidratación
• Empleo de anticonceptivos
• Terapia de sustitución hormonal
• Fluorado del agua
• Uso de fármacos
• Alteración de los ciclos naturales (día/noche)
• Exceso de televisión
• Estrés emocional (causa/consecuencia)

Extraído del libro "Cuerpo Saludable"

sábado, 21 de noviembre de 2009

PLANTAS PARA EL HÍGADO


Plantas para el hígado

. Rábanos
Descongestionan y desintoxican el hígado al favorecer el vaciado de la bilis. Se pueden añadir crudos a las ensaladas o tomar cada día un vaso de jugo fresco de rábano, endulzado con miel, antes de las comidas.
. Alcachofas
Tienen un efecto regenerador del hígado gracias a su contenido en cinarina, un bioflavonoide. Además de tomar alcachofas como verdura, para gozar de sus ventajas terapéuticas hay que tomar infusiones de sus hojas y tallos. El jugo fresco de la alcachofa resulta también muy terapéutico y se puede preparar licuando las hojas y tomando un vaso en cada comida.
En lugar de tirar las hojas más duras y los tallos, se puede preparar una infusión con 100 gramos de hojas y tallos de alcachofas por litro de agua. Hay que tomar 3 tazas al día.


. Cardo mariano
Contiene una sustancia llamada silimarina que tiene el poder de regenerar las células hepáticas. Aunque lo habitual es tomarlo en infusión, o en comprimidos de extracto seco, las hojas tiernas y sin espinas del cardo mariano se pueden añadir a las ensaladas.


. Diente de león
Diurético y depurativo por excelencia, el diente de león está muy indicado en las insuficiencias hepáticas ya que es colerético y colagogo a la vez. Sus hojas tiernas se pueden tomar en ensaladas aliñadas con aceite y limón. También se pueden licuar sus hojas y raíces y tomar 3 cucharadas de este jugo antes de cada comida.

. Remolacha roja
Aumenta el flujo de bilis y favorece la eliminación de los productos tóxicos del hígado.



Plantas coleréticas
Se llama plantas coleréticas a las que tienen la capacidad de aumentar la cantidad de bilis que segrega el hígado. La bilis queda almacenada en la vesícula biliar hasta que la ingestión de alimentos provoca su vaciado en el intestino para facilitar la digestión. Si se aumenta la producción de bilis, el hígado se descongestiona y puede realizar mejor sus funciones.
Son coleréticas: tilo, olivo, helenio, menta, agracejo, alcachofera, fumaria, boldo, rábano, diente de león, ajenjo, centaura menor, cúrcuma, genciana, ruibarbo, tamarindo, artemisa, caléndula, ortosifón.



Plantas Colagogas
Las plantas colagogas son las que estimulan el vaciado de la vesícula biliar al duodeno. Estas plantas deben usarse en caso de vesícula perezosa y cálculos renales.
Son colagogas: olivo, helenio, menta, agracejo, alcachofera, boldo, rábano, diente de león, ajenjo, cúrcuma, genciana, cáscara sagrada, ruibarbo, tamarindo, artemisa, caléndula, ortosifón, romero, milenrama, áloe.

El cardo mariano
El mejor amigo del hígado
El cardo mariano o borriquero es el mejor amigo del hígado gracias a una sustancia llamada silimarina que tiene la capacidad de regenerar las células hepáticas dañadas por agentes tóxicos y de desinflamar el tejido fibroso de sostén que rodea el hígado.
En las siguientes enfermedades hepáticas está recomendado tomar cardo mariano crudo en ensaladas y en comprimidos de extracto seco:
. Inflamación del hígado provocada por fármacos.
. Intoxicaciones que afectan al hígado como las derivadas de la ingesta de setas tóxicas, insecticidas, etc.
. Degeneración grasa del hígado provocada por alcohol u otras sustancias
. Hepatitis vírica aguda, crónica o alcohólica.
. Insuficiencia hepática.
. Congestión hepática.
. Cirrosis hepática.

MICROLIMPIEZAS HEPÁTICAS


MICROLIMPIEZAS HEPÁTICAS

FACILITAR EL DRENADO DEL HÍGADO.

- Estas microlimpiezas, serían una alternativa para personas que no pudieran hacer, por distintas razones, la limpieza hepática que se aconseja en la medicina Ayurvédica y que se describe magistralmente en el libro de Andrea Moritz, LA LIMPIEZA HEPÁTICA Y DE LA VESÍCULA.

- En ayunas, una o dos cucharadas de aceite virgen extra, si es posible de cosecha ecológica. Medio limón escurrido. Se pueden tomar por separado o mezclándolos y tomándolos con una pajita. Esta mezcla, tiene por finalidad, activar la bilis y que ésta salga con fuerza, arrastrando fangos y deshechos del hígado. Después de 10 o 15 minutos hacer el desayuno normal.

- Beber durante el día dos vasos de zumo de manzana (vale el de supermercados), o una o dos cápsulas de ácido málico (en la comida), o una manzana mínimo diaria. El ácido málico contenido en la manzana, tiene por finalidad, ablandar los cálculos y sedimentos que hay acumulados en el hígado, con lo que se consigue que se drenen más fácilmente.

- Por la noche, durante la cena, tomar una cucharadita de café, de cloruro de magnesio. El cloruro de magnesio tiene, entre otras propiedades, dilatar los conductos hepáticos, con lo que hace más fácil, que el barro y los cálculos hepáticos, se muevan mejor a través de los canales hepáticos y la desembocadura del hígado en el intestino delgado. Hay más información de los beneficios del cloruro de magnesio en internet, pero apunto sólo unas poquitas: deshace los cúmulos de calcio en zonas donde no debe estar, es cardiosaludable y mantiene el sistema nervioso en óptimas condiciones.

- Esto sería adecuado hacerlo como rutina diaria, tengamos en cuenta que el hígado está filtrando constantemente los tóxicos y residuos procedentes de la sangre, y actualmente los alimentos que tomamos, el aire que respiramos, etc. No están en las mejores condiciones de pureza. Es por ello que es conveniente el drenaje diario de este órgano.

- Para finalizar, no estaría de más que se hiciesen limpiezas de riñones con hierbas adecuadas para ello. Y beber bastante agua.

COMO LIMPIAR LOS RIÑONES


Como limpiar de los riñones

Saber como limpiar los riñones es importantísimo si queremos que estos verdaderos filtros de nuestro organismo estén siempre en perfecto estado. Si limpiamos el filtro del automóvil y el de la lavadora con más motivo deberíamos limpiar nuestros riñones.



¿Es realmente importante saber como limpiar los riñones?

Todas las enfermedades principales del sistema urinario son causadas por sangre toxica; en otras palabras, por sangre repleta de pequeñas moléculas de material de desecho y exceso de proteínas.

Algunos síntomas de que necesitamos limpiar los riñones

Presión alta o baja, dolores en las partes anterior e inferior del abdomen, orina color café oscuro, dolores de espalda justo encima de la cintura, sed excesiva, incrementos en la orina, especialmente durante la noche, menos de 500ml de orina diarios, sentir la vejiga llena, dolor en la micción, pigmentos epiteliales más secos y oscuros, tobillos hinchados durante la noche, ojos hinchados durante la mañana, hematomas y hemorragia.

Si debido a la presencia de cálculos biliares en el hígado o por otros motivos hay piedras en los riñones o en la vejiga urinaria necesitaremos saber como limpiar los riñones o sea hacer una limpieza renal.

Plantas medicinales para limpiar los riñones

Si tomamos durante un periodo de 20 a 30 días la siguiente combinación de hierbas, podemos contribuir a disolver y eliminar los diferentes tipos de cálculos del riñón, incluidas las piedras de acido úrico, ácido oxálico, fosfato y aminoácidos.

Ingredientes de la infusión

* Mejorana (30 g.)
* Uña de gato (30 g.)
* Raíz de Consuelda (30 g.)
* Semilla de hinojo (60 g.)
* Chicoria (60 g.)
* Raíz de Hortensia (60 g.)
* Gayuba (60 g.)
* Raíz de eupatorio purpúreo (60 g.)
* Raíz de Malvavisco (60 g.)
* Hierba de Solidago (hierba pagana o vara de oro) (60 g.)

Modo de prepararlas

La preparación de las plantas medicinales para depurar o limpiar los riñones es muy sencilla.
Mezclar bien las hierbas y se introducen en un recipiente hermético. Antes de irse a la cama se vierten dos o tres cucharadas colmadas de la mezcla en dos tazas de agua, se tapan y se dejan reposar durante toda la noche. A la mañana siguiente se pone a hervir la mezcla fuego lento durante unos minutos y se cuela.

En caso de olvidar preparar la mezcla durante la noche debe hervirse por la mañana y luego dejarla reposar o que siga hirviendo a fuego lento durante 10 o 15 minutos antes de colarla. Se toma de seis a ocho sorbos a lo largo del día y debe esperarse por lo menos una hora después de las comidas para tomarse.

¿Podemos notar algo mientras tomamos estas hierbas?

Si se nota alguna molestia o rigidez en la región lumbar, se debe al paso de los cristales salinos de los cálculos renales a través de los uréteres del sistema urinario. Un olor penetrante o un color oscuro de la orina durante la limpieza es señal de que se esta eliminando una cantidad importante de toxinas. Es importante saber para limpiar bien los riñones conviene ir bebiendo cantidades adicionales de agua de 1,5 a 2 litros de agua.

No deben consumir se productos animales, productos lácteos, té, café, alcohol, bebidas carbónicas, chocolate u otros alimentos o bebidas que contengan conservantes, edulcorantes artificiales, o colorantes. Mientras nos dediquemos a limpiar los riñones las sustancias fuertes como los productos químicos no solo pueden interferir en la limpieza sino que también pueden causar lesiones en los riñones.

Otros consejos que nos ayudarán a limpiar los riñones

Además de beber esa infusión renal todos los días, se puede asimismo, mascar un trocito de corteza de limón de cultivo ecológico en el lado izquierdo de la boca y un trocito de zanahoria en el derecho de unas 30 o 40 veces cada una. Esto estimulas las funciones renales y la liberación de enzimas especificas que contribuyen a descomponer ciertos depósitos ácidos de los riñones. Hay dejar media hora entre cada ciclo de masticación. Si bien no es una parte esencial a la hora de limpiar los riñones puede mejorar su eficacia.

Beber sorbos de agua caliente ionizada

El agua caliente ionizada tiene un profundo efecto de limpieza en todos los tejidos del cuerpo; contribuye a reducir la toxicidad general, mejora las funciones del sistema circulatorio y equilibra la bilis.

Se hierve agua durante 15 a 20 minutos y a continuación se verte en un termo. Hay que tomar uno o dos sorbos cada media hora a lo largo del día y tan caliente como si fuera té. Este método puede emplearse siempre que la persona no se encuentre bien, sienta la necesidad de descongestionarse, desee mantener la sangre fluida, simplemente quiera sentirse más lucido y lleno de energía.

Hay quienes toman agua ionizada, entre tres y cuatro semanas; otros lo hacen continuamente. La cantidad de agua a hervir para un día es de 600 a 700 ml. Cuando queremos limpiar los riñones esta agua no debe sustituir el agua normal a tomarse (1,5 o 2 litros diarios) ya que no hidrata las células, el cuerpo solo la utiliza para limpiar los tejidos.

NOTA: Si alguna planta medicinal de este listado no se encuentra en vuestro país siempre podéis pedir consejo a vuestro médico o especialista en plantas medicinales a fin de que os recomiende otra similar. Así podréis limpiar los riñones igualmente.

AFRONTAR EL CÁNCER Y OTRAS PATOLOGÍAS DESINTOXICANDO EL HÍGADO Y EL RIÑÓN


José María Cardesín, experto español en Medicina Tradicional China, es de los que piensa que la acumulación de tóxicos en el organismo termina bloqueando en muchos casos el sistema de drenaje dando ello lugar a muy diferentes patologías, cáncer incluido. Y, de hecho, pronto comprobaría que el 90% de los pacientes que acudían a él con patologías muy distintas tenían piedras en el riñón o en el hígado. Y que en un 40% de los casos se detectaban además células cancerosas. Pero su mayor sorpresa fue constatar que tras un profundo drenaje hepático y renal no sólo desaparecían las piedras sino también las células cancerosas.


Graduado en Ingeniería Química en la Universidad Politécnica de Barcelona José María Cardesín se matricularía a continuación en Ingeniería Industrial pero a los dos años decidió dar un giro radical a su vida y formarse en el ámbito de la salud. En 1980 estudiaría Hipnosis Clínica en el International Institute Of Hipnology de Nueva York y algunos años después se trasladaría a China para formarse en la Facultad de Medicina Tradicional China de Pekín obteniendo los grados A y B (los más altos que se conceden a médicos extranjeros). A la vuelta ampliaría su formación durante 3 años en el Centro de Estudios Homeopáticos (CEDH) de Burdeos (Francia) así como en las técnicas energéticas de Rac estudiando en la Escuela de Paul Nogier en Lyon. Años después ampliaría sus conocimientos formándose en otras disciplinas -especialmente Osteopatía y Naturopatía- hasta que finalmente crearía su propia escuela basada principalmente en la Medicina Tradicional China aplicada a través de productos homeopáticos y donde se imparten clases de distintas terapias alternativas: el Centro de Terapias Alternativas CAB,. Socio fundador de la Sociedad de Acupuntores de Cataluña -en la que ostentaría durante varios años el cargo de Vicepresidente para Temas Científicos- y ex presidente de la Asociación Española de Homeópatas es autor de seis libros: "Reflexología", "Repertorio homeopático superior", "Materia Médica Superior", "La energética de la pareja", "Concomitancias del sistema hepato-renal" y "Nuevas investigaciones sobre el cáncer".
En cualquier caso debemos decir que lo que le ha traído a estas páginas es un descubrimiento singular que ahora deberán valorar otros profesionales de la salud: el hecho de que mejorando el eje hepato-renal mediante la eliminación de la arenilla, barro y piedras que se acumulan en esos órganos... desaparecen en muchos casos las células cancerosas. Incluso en cánceres avanzados. Lo que una vez más volvería a demostrar que la mejor manera de elevar las defensas del sistema inmunitario no consiste quizás tanto en aportar sustancias al organismo como en limpiarlo, en desintoxicarlo lo mejor posible para que el propio cuerpo se encargue de autocurarse. En cáncer y en los casos de casi la totalidad de las llamadas enfermedades. José María Cardesín no dudó en trasladarse desde Barcelona hasta nuestra redacción para explicárnoslo.
-Cómo fue el proceso que le llevó a este descubrimiento?
-En Febrero de 1993 llegó a la consulta una paciente obesa con problemas digestivos acompañados de dolores musculares, cansancio, irritabilidad, insomnio y depresión. Una vez reconocida comprobamos que presentaba litiasis biliar, úlcera gástrica e infección intestinal por lo que se le prescribió la medicación homeopática correspondiente y un eficaz drenador hepático de carácter fitoterápico. Sin embargo, a los pocos días volvió con un cuadro de dolor intenso, tan importante y generalizado que, entre otras pruebas, se decidió buscar indicios de tumor detectándose células cancerosas a nivel hepático y bronquial. Fue remitida sin medicación a Urgencias y en el hospital confirmaron la litiasis biliar. Tenía un cólico y se decidió intervenir quirúrgicamente porque la piedra era enorme. Cuando se le extrajo no pasaba al parecer por la boca del envase de cristal de un yogur. Tal era su tamaño.
Algo después, tras el postoperatorio, volvió a visitarnos para intentar solucionar unas pequeñas molestias y acelerar la recuperación. Lo primero que se hizo, evidentemente, fue repetir las pruebas tumorales. Y para nuestra sorpresa dieron negativas.
-¿Qué pensó en ese momento?
-Evidentemente me pregunté qué había sucedido. Todo indicaba que el cólico lo produjo el bloqueo del colédoco, debido al tamaño de la piedra, al intentar expulsarla el organismo por efecto del drenador. E intuí que además del cólico el bloqueo podía haber provocado una serie de reacciones orgánicas, algunas de las cuales podían ya existir de forma asintomática o haberse iniciado en ese momento, que disminuyeron o desaparecieron tras extirparle la piedra. ¿Qué relación había pues entre la litiasis y el cáncer?, me pregunté. ¿Por qué tras el cólico habían aparecido células cancerosas y una vez eliminada la piedra éstas habían desaparecido sin más? Es más, ¿podían las litiasis ser causa de diferentes patologías?
-¿Y qué hizo para saberlo?
-A partir de ese momento decidí averiguar si mis pacientes, independientemente de la patología que aparentemente manifestaran, padecían o no litiasis biliar o renal indagando además si tenían células tumorales malignas. Y así lo hicimos con casi todos nuestros pacientes.
-Y cuál fue el resultado?
-Que ¡el 90%! de los pacientes tenían litiasis hepática o renal. En el 60% de los casos en forma de arenillas o fangos difícilmente detectables por ecografía y que si bien no producen síntomas directos pueden sin embargo ocasionar patologías distales de poca a mucha gravedad. Aunque lo que más nos llamó la atención es que en ¡un 40%! de los casos se detectó la presencia de células cancerosas en un estado muy precoz, en su mayoría en la mama, en el esófago o en ambos sitios a la vez en los casos mas avanzados. El 90% de los cánceres mamarios de tipo escirro, es decir, carcinomas ductales infiltrantes.
-Me parece muy fuerte. Es un porcentaje altísimo. Aunque demostraría la afirmación tantas veces repetida de que todos padecemos cáncer varias veces a lo largo de nuestra vida sin ser conscientes de ello que superamos dejando actuar sin más al sistema inmune. Bien, y si las litiasis pueden ser causa de tantas patologías, cáncer incluido, usted qué propone?
-No sé si las litiasis son la causa del cáncer o más bien el resultado de que el organismo no pueda desintoxicarse correctamente por ellas. En cualquier caso la solución primordial sería la misma: usar potentes drenadores que permitan al organismo deshacerse del barro, la arenilla y las piedras cuyo tamaño lo permita, que son la mayoría.
-¿De forma preventiva o curativa?
-Prevenir siempre es mejor que curar. Pero debo decir que hemos constatado cómo una vez limpios en profundidad el hígado y el riñón el nivel y actividad de las células cancerosas disminuye rápidamente en la mayoría de las personas. Tanto en casos iniciales como en tumores ya avanzados.
-¿También en casos avanzados?
-En algunos casos puntuales ha habido incluso importante remisión en personas con cuadros metastáticos y desahuciadas. Debo en cualquier caso aclarar que además de desintoxicar el organismo nosotros ponemos a nuestros pacientes un tratamiento homeopático anticancerígeno que obtiene resultados muy satisfactorios.
-Sorprendente. Pero volvamos un momento atrás. ¿Cómo hay tantos casos de litiasis, muchos en personas asintomáticas?
-Probablemente porque hoy día nuestros organismos están muy contaminados. Especialmente los alimentos que ingerimos pero también el agua que bebemos, el aire que respiramos, el entorno en el que vivimos...
-¿Tanto como para empezar a bloquear ya los riñones?
-Bueno, la litiasis no es fundamentalmente biliar sino hepática. Quien realmente produce la mayoría de las piedras es el hígado, órgano de filtración de la sangre venosa que asciende por el sistema porta y cuya suciedad es la que termina produciendo los posos y arenillas que con el tiempo se van aglutinando y formando los litos de mayor tamaño. El otro órgano de filtración, el riñón, retiene arenillas y forma piedras pero en menor grado. También el páncreas produce sedimentos por filtración que se eliminan a través del conducto pancreático pero son menos importantes porque es corto.
En fin, el caso es que cada vez con mayor frecuencia el material de desecho que en condiciones normales debería salir a través del colédoco hacia el intestino para su eliminación -si procede del hígado- o por vía urinaria -si su origen es renal- es retenido por uno o ambos órganos provocando una insuficiencia funcional de los mismos. Pero es que cuando se llega a esa saturación la arenilla, el material de desecho, en lugar de ser expulsado del organismo se extiende vía sanguínea a otras zonas y conductos siendo eso lo que probablemente genera muchas de las patologías que conocemos. Solo que como esas zonas se hallan muy alejadas no nos hacen sospechar que la causa sea esa.
-Pero, ¿cómo han llegado a la conclusión de que es el hígado el que produce el mayor número de piedras?
-Llegamos a esa conclusión tras constatar que numerosos pacientes colecistectomizados -a los que se ha extirpado la vesícula biliar- presentaban cuadros semejantes a los producidos por litiasis "biliar" y al darles drenadores de fuerte acción y analizar las heces obtenidas dentro de las 24 horas siguientes a la ingesta de los mismos se encontraron piedras de diferentes tamaños y mejoría substancial de la sintomatología con lo que quedó demostrado que la extracción de la vesícula no nos libra de la producción y almacenamiento de residuos hepáticos sólidos.
Añadiré que la búsqueda de litiasis se realiza también en niños dando positivo casi siempre en infantes de hasta dos años y menos lo que sugiere que los fangos hepáticos le llegan al feto durante el embarazo, desde la madre, pese a la barrera placentaria. Porque no parece lógico que en doce meses almacenen tanta arenilla como para dar muchas veces cuadros hepáticos de cierta intensidad.
En fin, estos diminutos barros de desecho que circulan por la sangre son normalmente retenidos por alguno de nuestros filtros pero pueden pasar de un órgano a otro indistintamente.
-¿Y cómo abordan ustedes la depuración del hígado y el riñón?
-Antes, cuando un paciente presentaba signos de litiasis en hígado por ejemplo, le dábamos un drenante de ese órgano solamente pero con frecuencia nos encontrábamos al mes siguiente con que se había limpiado el hígado pero presentaba litiasis renal. Por lo que decidimos a partir de entonces drenar ambos órganos a la vez. Con excelentes resultados.
-Bien, volvamos al cáncer. Decía antes que el bloqueo de nuestro sistema de drenaje es lo que puede provocar la aparición de las células cancerosas... y de otras patologías- ¿Puede ampliarnos su tesis?
-Bueno, una vez establecimos que había relación directa entre la eliminación de las litiasis hepática y renal y la mejoría en muchos casos de cáncer era cuestión de buscar una explicación coherente. Como antes dije cuando nuestros filtros corporales van acumulando materia indeseable y no pueden eliminarlos se saturan . Y al no poder retener más material de desecho éste se extiende a través de la sangre y el plasma al resto del organismo. Provocando, al acumularse, en unos casos obesidad -general o circunscrita a una zona-, en otros deformaciones óseas, ateromas, miomas, lipomas, fibromas, quistes o tumores que en ocasiones se malignizan dando lugar al cáncer.
Una explicación plausible es que los microlitos en forma de barros sutiles terminen traspasado la membrana celular merced a la presión osmótica y se depositen en determinadas células alterando el medio e iniciando un proceso de mutación que genere malformaciones de todo tipo. Malformaciones que, sin embargo, hemos podido comprobar que ceden en cuanto desciende el nivel de barros en sangre y por presión inversa la célula puede librarse de ellos. Por supuesto, si la célula aún es aun recuperable y siempre gracias a los órganos de eliminación.
Lo importante es pues evitar que el material de desecho llegue a las células, sea o no carcinogénico, eliminándolo mediante un drenaje a fondo.
-¿Y cómo efectúan ustedes ese drenaje? Por cierto, ¿cambian el tipo de alimentación durante el tratamiento?
-La alimentación juega un papel fundamental en la salud y por tanto hay que cuidarla. A nosotros lo que nos parece primordial es que los productos sean biológicos y no se desnaturalicen durante su preparación. Pero no proponemos una dieta específica. Basta con que uno se alimente de forma saludable recordando que al hígado le afecta sobre todo el consumo de productos grasos, alcohol, azúcar blanco, hidratos de carbono refinados, fármacos, aditivos alimenticios, etc. Aunque también le afectan el estrés, los disgustos y los ataque de ira. Nos centramos pues en desintoxicar el organismo. Lo que sucede es que la experiencia nos demuestra que un drenaje real y completo es muy difícil de conseguir la primera vez que se drena. Aún obteniendo datos analíticos satisfactorios suele tener que repetirse varias veces hasta que la limpieza sea aceptable de ambos órganos.
-¿Pues tenía entendido que en pocos meses podía conseguirse una limpieza profunda de hígado y rinón...
Sí, pero hemos constatado que aunque a veces creemos haberlo conseguido...a los dos o tres meses ambos órganos vuelven a estar saturados con lo que se precisan nuevos drenajes, práctica inhabitual cuando ya se ha comprobado el resultado positivo de la primera sesión de limpieza. Y es que, por pura lógica, es imposible limpiar en un par de meses la suciedad acumulada a lo largo de 30, 40 o 50 años. Es verdad que tras el primer drenaje, tras la primera limpieza a fondo, hígado y riñón se recuperan en muy buena medida pero es que una vez limpios empiezan a retener la suciedad circulante. Es decir, la sangre, mucho más limpia de impurezas, empieza a recibir nuevos residuos de otras células que inician su recuperación, simplemente por ósmosis. De tejidos que estaban saturados, de conductos parcialmente obstruidos, etc. Y al poco tiempo ya tenemos otra vez ambos órganos ocluidos. Por lo que hay que proceder a volver a limpiarlos.
En otras palabras, para lograr desintoxicar el organismo -y en algunos casos será más complicado que en otros- se precisan varias sesiones con descansos intermedios. Luego, una vez lograda la limpieza a fondo, conviene prevenir. Y lo ideal es efectuar a partir de entonces una limpieza de hígado y riñón una vez cada año o año y medio.
-Por su comentario anterior observo que también usted advierte que el comportamiento puede influir decisivamente sobre la salud...
-Evidentemente. Las emociones negativas fuertes se somatizan. El hígado enfermo produce irritabilidad y cólera pero lo mismo ocurre a la inversa: un ataque de ira afecta negativamente al hígado, máxime si está dañado, con la consiguiente inflamación crónica, pérdida de su capacidad de filtraje y diseminación de microlitos por todo el organismo lo cual está de acuerdo -en líneas generales- con las teorías de distinguidos colegas que achacan a los disgustos la causa del cáncer y otras patologías graves.
-Y según usted un drenaje efectivo de hígado y riñón puede permitir superar un cáncer.
-Sí. Hay quienes recomiendan drenar el hígado y el riñón una vez finalizado el tratamiento que postulan o como complemento pero a nuestro juicio el drenaje es lo primero que debe hacerse y la parte mas importante del proceso curativo. Al punto de que por sí solo puede llegar a resolver espontáneamente un proceso cancerígeno, tanto en una fase muy inicial, energética, como funcional. Hemos tenido ocasión de comprobarlo repetidamente. Aunque, como antes dije, complementamos el tratamiento con medicación homeopática. Pero es importante señalar que hasta una limpieza total el efecto de cualquier medicación es parcial.
-La verdad es que su planteamiento está cargado de sentido común y coincidimos con él pero resulta tan aparentemente sencillo que mucha gente se va a resistir a creer que basta para superar incluso una enfermedad tan grave como el cáncer.
-Filosofaba uno de mis maestros, cuando estudiaba Medicina Tradicional China en Pekín, diciendo que "Dios cura con el TAO, es decir, con la unidad, con una sola señal, con un deseo o un toque de sus manos. Una persona elevada espiritualmente podrá curar equilibrando el yin y el yang. Es decir, tendrá que utilizar dos señales; por ejemplo, un contacto de sus manos y un tazón de hierbas. Un médico muy bueno pero que no llegue a la sabiduría del anterior curará utilizando los cinco elementos, es decir, cinco señales. Y un facultativo de más bajo nivel usará los ocho trigramas. Es decir, un médico, contra menos sabe, precisa de mayor arsenal de análisis y medicamentos mientras que un médico competente ve paulatinamente cerrarse el abanico de los medios que precisa para curar."
En nuestro cuerpo el yang-yin probablemente sea el sistema hepato-renal siendo su alteración lo que produce, directa o indirectamente, la mayoría de las patologías del ser humano. Aún estamos muy lejos de solucionar la enfermedad de una forma rápida y permanente pero creo que este pensamiento oriental es un principio que debería tenerse muy en cuenta en futuras investigaciones. Porque las soluciones mas sencillas son casi siempre las mejores.
-No es usted pues muy partidario de la radio y la quimioterapia...
-Hace aproximadamente cinco años, al finalizar una conferencia que daba sobre cáncer, me abordó un hombre de unos 50 años y me dijo que había sido operado de un tumor en el colon y le habían dado luego las correspondientes sesiones de radioterapia y quimioterapia postoperatorias. En la actualidad estaba controlado y asistía a revisiones periódicas. Me solicitó mi opinión sobre su caso y la posibilidad de que lo atendiera en consulta. Una vez revisado el resultado de las pruebas fue que si bien su cáncer se encontraba en estado estacionario seguía latente. Le sugerimos hacer un drenaje y tomar la medicación homeopática adecuada y al cabo de unos meses el cáncer de colon se había negativizado totalmente. Entonces nos explicaría que tenía un hermano gemelo univitelino con el mismo tipo de cáncer que había sido tratado de forma análoga por el mismo equipo oncológico. Éste acudió a nuestra consulta y, efectivamente, también daba positivo al tumor de colon en estado latente. Tras el tratamiento se negativizó igualmente y quedaron pendientes de un seguimiento adecuado. Tras casi un año de tranquilidad el equipo oncológico les anunció tras los análisis rutinarios de control que les hicieron que a su juicio la evolución del tumor no parecía favorable y, por tanto, les proponían que de forma "preventiva" se dieran unas sesiones de quimioterapia para evitar un posible rebrote y asegurar la total curación. Al acudir a nosotros se les repitieron las pruebas, dieron negativas y se les desaconsejó formalmente la quimioterapia dado su buen estado de salud. El primer hermano confió en nuestro criterio pero la esposa del segundo se manifestó claramente en contra diciendo que ellos estaban muy contentos con el tratamiento oncológico recibido, no tenían por qué desconfiar de él y, por tanto, iban a aceptar la quimioterapia. Es decir, dos hermanos gemelos univitelinos con idéntica patología habían decidido optar por dos tratamientos no ya completamente diferentes sino opuestos. Era una verdadera prueba de fuego. El hermano que siguió nuestro consejo acude hoy regularmente a nuestras charlas de divulgación y goza de buena salud. El que optó por la quimioterapia a pesar de que estaba clínicamente sano se fue deteriorando gradualmente, generó nuevos carcinomas y tras un año de sufrimientos falleció a principios del 2003. Y le cuento este caso por considerarlo significativo.
-¿Han averiguado algo más respecto a la relación entre el cáncer y las disfunciones de hígado y riñón?
-El cuerpo humano no es un conjunto de órganos y vísceras que funcionen independientemente sino que interactúan por lo que la afección de un solo órgano puede desencadenar insuficiencias y patologías en otros órganos o sistemas que no parecen tener relación con el afectado.
En cuanto a su pregunta concreta podemos decir que los cánceres no se desarrollan en las diferentes localizaciones por azar sino dependiendo de si el órgano más afectado es el hígado o el riñón. Por ejemplo, los cánceres de estómago, mama y pulmón tienen su origen en la saturación hepática mientras que los cerebrales, óseos, de útero y las leucemias se deben al riñón.
Ahora bien, en ocasiones el cáncer se desarrolla en un tercer órgano relacionado. Por ejemplo, el hígado afecta al estómago y éste afecta a los senos. Por tanto, el tumor -sea maligno o no- puede manifestarse en uno de los tres órganos aunque la causa sea la misma.
En suma, es evidente que hay sustancias que ingerimos o con las que entramos en contacto que pueden producir cáncer. Muchas son conocidas. Hay publicada una extensa relación de sustancias carcinogénicas. Pero también un nivel elevado de fangos comunes que bloqueen el hígado, el riñón o ambos simultáneamente puede generar un tumor maligno.
-Una última pregunta: ¿podríamos saber qué utilizan para drenar ambos órganos y qué productos homeopáticos recetan habitualmente como coadyuvantes?
-Para limpiar el hígado recomendamos un producto natural que se encuentra en herbolarios y tiendas de dietética elaborado a base de extracto de rábano negro y alcachofa durante dos-tres meses. Hay varias marcas. Y para limpiar el riñón usamos tres productos conocidos: Calcárea Carbónica y Licopodium -ambas a la 30CH- y Berberis a la 7CH para la arenilla y piedras de origen lipídico. Hay que tomarlas una sola vez al día durante dos semanas.
En cuanto a los productos coadyuvantes en realidad los sugerimos porque hemos observado que cuando a pesar del drenaje el hígado no se recupera bien se detectan habitualmente en él los virus de la hepatitis C o D. Y en tales casos funcionan excelentemente dos productos homeopáticos de Microinmunoterapia: el 2LCH en casos de hepatitis C y 2LHD en los de hepatitis D.
-Gracias por su aportación. Estamos seguros de que serán de utilidad.
-A ustedes.


José Antonio Campoy DISCOVERYSALUD

¿TIENE EL CÁNCER DE MAMA SU ORIGEN EN EL ESTÓMAGO?

¿TIENE EL CÁNCER DE MAMA SU ORIGEN EN EL ESTÓMAGO?


José María Cardesín, experto en Medicina Tradicional China, está convencido de que los tumores malignos en las mamas son consecuencia de lesiones gástricas graves generadas por la saturación permanente del eje hepato-renal. Y de que un profundo drenaje de esos órganos hace desaparecer las células cancerosas incluso en casos en los que el cáncer esté muy extendido y avanzado. "No conozco un solo caso de cáncer de mama -afirma- en el que no se dé además una patología gástrica grave". En el artículo que publicamos a continuación explica su planteamiento en detalle.

Años de experiencia en el tratamiento de numerosos pacientes me han llevado al convencimiento de que el cáncer de mama tiene normalmente su origen en alguna patología gástrica. Algo, por cierto, que la Medicina Tradicional China parece avalar de alguna manera pues según la misma el estómago está energéticamente comunicado con las mamas. Patología gástrica que tiene su origen en una intoxicación del hígado y los riñones haciendo que sean incapaces de drenar las toxinas que se acumulan. Un hígado sucio e intoxicado tiende a inflamarse de forma crónica produciendo una disminución del flujo venoso portal ascendente con lo que la circulación de retorno del estómago (v. gastroepiploicas) que debe atravesar el hígado queda ralentizada produciendo a la larga varices esofágicas y pilóricas, y siendo el origen de pequeñas hemorragias gástricas que serán luego causa de úlceras, hernias de hiato y alteraciones -más o menos importantes- de todas las estructuras conectadas con el estómago y su meridiano energético: el del seno mamario. Es más, he comprobado que basta desintoxicar a fondo el organismo para que el terreno acidificado en el que se desarrolla un tumor se alcalinice y el propio cuerpo pueda poner en marcha los mecanismos de autocuración haciéndolo desaparecer. De hecho empiezo a pensar que el cáncer no es una enfermedad sino la consecuencia de un desequilibrio ocasionado por la acumulación de tóxicos que termina bloqueando el sistema de drenaje como ya explicara hace unos meses en Discovery DSALUD (lea en nuestra web la entrevista que nuestro director hizo a Cardesín en el nº 78). Y que basta desbloquear el eje hepato-biliar y los riñones para facilitar la autocuración. Tanto en casos de cáncer como, según nuestra experiencia, en buena parte de las llamadas enfermedades.

EL BLOQUEO DEL EJE HÍGADO-RIÑÓN, ORIGEN DE MUCHAS ENFERMEDADES
Mi actual forma de pensar empezó hace algo más de trece años tras observar la sorprendente y rápida recuperación de una de mis pacientes. Me llamó tanto la atención que puse en marcha una investigación para averiguar en toda persona que acudía a la consulta si independientemente de la patología que manifestaba sufría además litiasis biliar o renal y si había en ella células cancerosas. Y con sorpresa descubrimos que, en efecto, el 90% de las personas sufría litiasis; el 60% en forma de arenillas o fangos difíciles de detectar por medio de ecografías. Alto porcentaje que a nuestro juicio se debe a que hoy nuestros cuerpos están muy contaminados; especialmente por lo que comemos, bebemos y respiramos. Aunque lo que más nos llamó la atención es que un 40% también tenía ¡células cancerosas! en estado muy precoz, especialmente en la mama, en el esófago o en ambos sitios a la vez.
También observamos -y para nosotros fue un hallazgo muy importante- que el órgano que realmente produce la mayoría de las piedras es el hígado y que el riñón retiene arenillas y forma también piedras pero en menor grado. Importante porque además de ser el gran depurador del cuerpo -a él llega litro y medio de sangre por minuto- el hígado realiza más de 500 funciones distintas entre las que destacan el procesado y transformación de las sustancias nutritivas, la producción de bilis para hacer la digestión, la metabolización de carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas, el almacenaje de glucógeno y la neutralización de las toxinas procedentes del intestino. Es fácil pues ver la relación entre hígado y estómago y, siguiendo lo planteado por la Medicina Tradicional China, entre estómago y mamas. Y cómo las deficiencias de aquel pueden acabar afectando a éstas. De hecho hoy pensamos que los cánceres de estómago, mama y pulmón -al menos la mayoría- tienen su origen en una saturación hepática.
Pensemos que el riñón es el encargado de filtrar -es decir, de metabolizar y excretar- todas las sustancias tóxicas y extrañas al organismo que circulan por la sangre. Y que cuando está dañado puede producir dolores varios, infecciones de orina o hipertensión, entre otras muchas dolencias. Pues bien, como el tejido asociado a este órgano son los huesos creemos además que las insuficiencias renales pueden estar también detrás del cáncer óseo además de los de cerebro y útero al igual las leucemias. No en vano según la Medicina Tradicional China en el riñón se concentra la energía ancestral, la energía de que disponemos desde el momento de la concepción y que se consume a medida que envejecemos.
En suma, el material de desecho que en condiciones normales debería ser expulsado del cuerpo con frecuencia es retenido por el hígado, por el riñón o por ambos provocando una insuficiencia funcional. Y en esa situación las toxinas se acumulan extendiéndose a través de la sangre hacia otras zonas y conductos siendo eso lo que generaría muchas de las patologías que conocemos, desde la obesidad hasta las deformaciones óseas pasando por los ateromas, los miomas, los lipomas, los fibromas, los quistes y los tumores. Sólo que como esas zonas se hallan muy alejadas no nos hacen sospechar que la causa sea la insuficiencia de los citados órganos. Sin embargo, teniendo siempre presente que el cuerpo humano es un conjunto de órganos y vísceras que interactúan hemos logrado establecer una relación directa entre la eliminación de las litiasis hepáticas y renales, y la mejoría de muchas dolencias, incluido el cáncer. Y lo que es más importante: hemos establecido que el drenaje a fondo del organismo complementado con un tratamiento homeopático puede resolver procesos cancerígenos tanto en su fase inicial como funcional.
A este respecto, y para una mejor comprensión del lector, explicaremos que existen tres etapas en el diagnóstico de una enfermedad en función de su evolución. La primera es la fase energética o inicial de incubación en la cual el paciente ya tiene la dolencia pero ni muestra síntomas ni la misma sale reflejada en los análisis convencionales. Indetectable pues por los medios analíticos convencionales sólo puede ser descubierta por los modernos aparatos de biorresonancia, el RAC o la Kinesiología. La segunda es la fase funcional y se trata de la etapa en la que el paciente ya se encuentra mal -tiene claros síntomas- pero el problema sigue sin detectarse en los análisis por lo que se le dice que lo suyo son "nervios", está "hipocondríaco", tiene "manías" o, como concesión, que quizás la causa sea un virus. Sólo aparecen síntomas y no signos por lo que normalmente no se trata al paciente o se recurre a tratamientos sintomáticos. En la tercera etapa, la fase orgánica, el problema se manifiesta ya físicamente y es detectable a través de las pruebas clínicas convencionales (aunque el paciente esté asintomático y se encuentre bien). En esa fase la enfermedad está ya establecida y su curación es más compleja.
Es importante entender esto para darse cuenta de hasta qué punto es fundamental prevenir siguiendo unas normas básicas de salud que pasan por una higiene de vida sin factores de riesgo, una alimentación sana y algo de ejercicio además de una revisión anual por cualquiera de los métodos de diagnóstico energético disponibles. De esa forma se pueden detectar células cancerosas en pacientes que ignoran que las tienen y acuden a consulta por síntomas banales. A fin de cuentas cuando se detecta un tumor en su fase precoz es más sencillo hacerlo desaparecer en pocos meses con una adecuada desintoxicación del hígado y los riñones -y, por ende, del organismo- para eliminar el "terreno tumoral" que propicia su aparición.

EL "TERRENO TUMORAL"
Como hemos explicado pues en un porcentaje elevado de casos las personas con un tumor maligno desarrollado en cualquier órgano del cuerpo presentan un hígado y unos riñones saturados de elementos de desecho lo que produce frecuentemente una inflamación crónica de los mismos y, por ende, una insuficiencia funcional. Y eso hace que la sangre no se limpie como debiera impidiendo a las células la correcta eliminación de los subproductos del metabolismo a través del torrente circulatorio. Sustancias en su mayoría no tóxicas que acaban, sin embargo, por dificultar y anular las funciones de las células pudiendo llegar al extremo de provocarles mutaciones cancerígenas. En suma, podemos afirmar que en un paciente afecto de cáncer existe un terreno propicio a la aparición de tumores -todo organismo saturado de toxinas- que se manifiesta normalmente en el órgano con mayor concentración de sustancias carcinógenas (procedentes del tabaco, de los aditivos alimentarios, de los pesticidas, etc.).
Muchas personas -médicos incluidos- creen por ello que cuando se extirpa un tumor se erradica el problema. Y nada más lejos de la realidad en la mayoría de los casos. Lo único que hace la cirugía es eliminar el síntoma visible pero el estado cancerígeno que permitió su aparición -el "terreno tumoral"- permanece inalterado. Algo que no consiguen resolver nunca los fármacos oncológicos tras la extirpación de un tumor. Y de hecho es corriente que el tumor se reproduzca. Es más, sajar un tumor tiene el riesgo de que puede provocar metástasis y hacer que el tumor se reproduzca en otros órganos con mayor virulencia y peores expectativas de tratamiento.
En cuanto a la Quimioterapia y la Radioterapia se sabe que son terapias oncogénicas en sí mismas, es decir, que producen cáncer. Y si bien en algunas ocasiones podría justificarse el uso de quimioterápicos en una fase aguda cuando el sistema defensivo del paciente está en buenas condiciones eso no ocurre cuando hay recidivas y ha sido sometido a varias sesiones.
Otro problema habitual que hemos percibido es que tras los tratamientos quimioterápicos el enfermo, ante cualquier dolencia corriente, se sobresalta pensando que el tumor ha reaparecido. Y a veces va de alarma en alarma. Lo que no supondría mayor problema si no fuera porque basta que en una de tales consultas el especialista observe una vaga sombra en una ecografía o aprecie la subida momentánea de algún marcador tumoral para que convenza a la persona de que es imprescindible y además urgente iniciar un nuevo tratamiento quimioterápico para prevenir y/o detener el proceso. Lo que hace casi siempre "avalado" por la macroestructura hospitalaria en que trabaja y de la que normalmente no se duda. Y en tales casos la experiencia demuestra que los resultados ya no suelen ser satisfactorios. Porque con cada sesión la resistencia del organismo al veneno -y lo mismo pasa con la radiación- es menor..
Aunque lo que resulta más sorprendente es que tratamientos tan agresivos y peligrosos se sigan prescribiendo basándose en la subida de los marcadores tumorales. Un reciente trabajo firmado por los doctores Martínez, Marcos, Domínguez y Arias -todos ellos miembros del Servicio de Oncología del Hospital de Navarra-, el dcotor Villafranca -del Servicio de Oncología Radioterápica de la Clínica Universitaria de Navarra- y la doctora Dueñas -del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital General Yagüe de Burgos- demuestra que dichos marcadores "pueden sugerir y apoyar la existencia de un cáncer pero ninguno de ellos puede por sí mismo, en ausencia de una prueba histológica, utilizarse como diagnóstico definitivo" (el subrayado es nuestro).
Tal parece ser el caso del antígeno carcinoembrionario (CEA) al que, por su baja sensibilidad, no se le confiere valor como marcador específico de tumor. De hecho los médicos citados afirman: "Pueden observarse niveles discretamente elevados de CEA en ausencia de enfermedades malignas; por ejemplo en fumadores, pacientes con tuberculosis pulmonar, enfermedad inflamatoria intestinal y en hepatopatías". Y añaden afirmaciones tan contundentes como: "Los estudios realizados en los años 70 evidenciaron que la tasa de detección de cáncer de colon en pacientes asintomáticos era inferior al 4% con cifras de falsos positivos inaceptables (...) Un nivel elevado de CEA constituye una indicación para investigar la recaída pero nunca por sí sólo para comenzar un tratamiento sistémico". Agregando además que "un 30% de las recaídas ocurre con niveles normales de CEA".
Por si fuera poco el mismo estudio se refiere más adelante a la gonadotropina coriónica humana (HCG) -una hormona indicadora del embarazo que se utiliza como marcador tumoral- diciendo: "El incremento de HCG se debe igualmente a la presencia ocasional de células de sincitiotrofoblasto en el tumor e indica carga tumoral y no agresividad biológica". En otras palabras, determina que es fundamental diferenciar el estado cancerígeno latente de la actividad cancerígena, asintomática o no.
El informe termina resaltando que "el PSA -antígeno específico de la próstata al que se ha considerado como el marcador tumoral más valioso descubierto- no es un marcador perfecto y eso lo demuestra que dos de cada tres pacientes con un nivel de PSA superior a 4ng/ml -cifra considerada como límite superior de la normalidad- tendrán una biopsia negativa para cáncer de próstata. A ello contribuye el hecho de que el PSA no sea un marcador específico del cáncer y se eleve en situaciones no malignas como la prostatitis aguda, la isquemia protática, la retención urinaria aguda y, especialmente, en la hipertrofia prostática benigna. Además un tercio de los cánceres de próstata no produce PSA".
Conclusión: no es conveniente dejarse llevar alegremente por las variaciones de los marcadores tumorales para prescribir o recibir quimio o radio. Debe ser un especialista el que valore la situación y será aún mejor que se recaben varias opiniones.

EL CÁNCER DE MAMA
Pero centrémonos en el cáncer de mama, objeto principal de este artículo y que según las estadísticas es el más frecuente con diferencia. Y ya adelanto que, contra la opinión generalizada actual, no está tan claro que la mujer tenga una tendencia superior al hombre de padecer dicha patología a pesar de que a pocos varones se les diagnostique "cáncer mamario".
Ante todo vuelvo a recordar que para la Medicina Tradicional China las mamas y el estómago están comunicados a nivel energético. Relación que se establece, por un lado, porque según el planteamiento oriental además de leche el seno traspasa al bebé una energía gástrica que protege y tonifica su pequeño sistema digestivo ayudando a la asimilación de los nutrientes que contiene la secreción láctea materna; y por otro, porque el único meridiano que pasa por la mama es precisamente el del estómago. Si a esto le sumamos que los cánceres no se desarrollan en las diferentes localizaciones por azar sino dependiendo de si el órgano más afectado es el hígado o los riñones para nosotros resulta evidente que existe una poco discutible vinculación entre los cánceres de mama, las lesiones del estómago y la saturación del hígado. Y a fin de comprobarlo hicimos una investigación con 293 mujeres encontrándonos lo siguiente:
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de cáncer de mama sin patología gástrica: 0
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de patología de estómago con patología mamaria: 73
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de patología de estómago con cáncer de mama: 58
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de patología de estómago con cáncer de esófago: 19
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de patología de estómago con otros tumores: 6
http://www.dsalud.com/iconos/puntero.gif Casos de patología de estómago solamente: 124
http://www.dsalud..com/iconos/puntero.gif Otras patologías: 71
casos Constatamos así que una patología gástrica puede o no acompañarse de patologías mamarias y cáncer de mama -mayoritariamente de tipo escirro- pero que no existía cáncer de mama ni patología mamaria sin patología gástrica.
En cuanto a los varones constatamos que también muchos presentaban células cancerígenas mamarias. Debo explicar al respecto que durante su evolución los tumores mamarios se fijan al pulmón y fue ese dato el que nos llevó a establecer que un número importante de casos de cáncer de pulmón en varones son en realidad cánceres de mama; lo que sucede es que al no tener mamas voluminosas los tumores se adhieren al pulmón. En pocas palabras, hemos llegado a la conclusión de que muchos cánceres de pulmón diagnosticados a los hombres son en realidad cánceres de mama. De hecho los únicos cánceres del sistema pulmonar de los que no hemos encontrado relación con el cáncer de mama son los del árbol bronquial.

CASOS SIGNIFICATIVOS
Me gustaría exponer ahora un caso que me parece significativo.. Empezando con uno ocurrido hace varios años que resulta especialmente ilustrativo y, por desgracia, bastante frecuente. Se trataba de una paciente de 62 años con mal pronóstico que había sido operada el año anterior de un carcinoma ductal infiltrante con metástasis en ganglios y resección total de la mama izquierda y que fue tratada con quimio y radioterapia. El tumor se había reproducido en la mama derecha. Llegó a nuestra consulta porque no la habían ofrecido buenas expectativas con el tratamiento convencional y porque había oído hablar positivamente de la acción de un medicamento homeopático llamado Viscum que nosotros utilizamos.
Cuando examinamos a la paciente comprobamos que daba positivo al cáncer de mama y bronquial, y que además tenía metástasis hepática, litiasis biliar y renal, y presencia de parásitos intestinales. Así que iniciamos un tratamiento de depuración a fondo del hígado y el riñón para conseguir una buena limpieza de la sangre y, por extensión, de los tejidos orgánicos y de las células en general así como de las malformadas por si su estado fuera aún reversible. En caso contrario lo normal es que se destruyan o se fibrosen quedando sin actividad proliferativa.
Paralelamente, mientras se limpia y drena repetidas veces el sistema hepático-renal, recomendamos la ingesta de unos productos homeopáticos a fin de recuperar el sistema digestivo. En el caso concreto de esta paciente su tratamiento fue Viscum Album -en ampollas bebibles a diario- y unas vacunas homeopáticas contra los carcinomas mamario y hepático -dos veces por semana- así como Carbo animalis (9CH) y Rana Bufo (9CH) -eficaces anticancerígenos- cada día. Añadiré que, según el caso, también puede utilizarse Hidrastis Canadiensis (9CH) tres veces por semana o tomas diarias de preparados de Microinmunoterapia. También investigamos la presencia de hepatitis C y D, muy frecuentes en casos de cáncer y que igualmente han de tratarse con Microinmunoterapia.
Pues bien, asintomática desde los primeros meses de tratamiento la paciente estuvo acudiendo a consulta mensualmente hasta enero de 1997 (había llegado a nosotros en febrero del año anterior). A partir de ahí y con una mejoría total espaciamos las visitas cada cuatro meses. Las primera pruebas totalmente negativas al cáncer se obtendrían en diciembre de 1998. Y los análisis de marcadores tumorales confirmarían el hecho siendo completamente normales. Sin embargo en el año 2000 su oncólogo le diría que había observado un nódulo "sospechoso" en el pulmón y la sugirió una rápida intervención quirúrgica. Vino a nuestra consulta, le hicimos una minuciosa exploración y los resultados dieron negativos con lo que la paciente se tranquilizó. Su última visita tuvo lugar en septiembre de 2001 pero a partir de ahí no acudiría más a los chequeos semestrales. El año 2004, revisando fichas, decidimos contactar con ella para conocer su estado. Fue entonces cuando supimos por su marido que la mujer finalmente había cedido a los repetidos requerimientos de su oncólogo para operarse del nódulo. Su esposa había dejado la medicación alternativa porque en el postoperatorio se le prescribió quimio y radio "como refuerzo", según sus palabras. Según nos explicaría su marido a partir de ese momento aparecieron metástasis óseas y esperaban un fatal desenlace en cualquier momento. Y una sensación de incomprensión e impotencia nos inundó.
Afortunadamente casos como éste son escasos y la mayoría de los enfermos, tras una franca mejoría, persisten en nuestro tratamiento, inocuo y no agresivo. Y si se asustan por algún motivo nos consultan antes de tomar cualquier decisión precipitada. Porque saben que nuestros tratamientos les mantienen la salud.


José María Cardesín

NUMEROSAS PATOLOGÍAS SE PUEDEN SUPERAR SIMPLEMENTE DESINTOXICANDO
EL HÍGADO Y EL RIÑÓN


José María Cardesín, experto español en Medicina Tradicional China, es de los que asevera -al igual que la doctora Hulda Clark- que la acumulación de tóxicos en el organismo termina bloqueando en muchos casos el sistema de drenaje dando ello lugar a muy diferentes patologías, cáncer incluido. Y lo afirma porque hace unos años comprobó que el 90% de los pacientes que acudían a él con patologías muy distintas tenían piedras en el riñón o en el hígado y que en un 40% de los casos se detectaban además células cancerosas. Aunque su mayor sorpresa fue constatar que tras un profundo drenaje hepático y renal ¡no sólo desaparecían las piedras sino también las células cancerosas! Bastando para lograrlo que uno se alimente de forma adecuada y recuerde que al hígado le afecta sobre todo el consumo de alcohol, productos grasos, azúcar blanco, hidratos de carbono refinados, fármacos, tóxicos químicos y aditivos alimenticios pero también el estrés, los shocks emocionales y los ataque de ira. Y, por supuesto, siguiendo un sencillo tratamiento para lograr una limpieza profunda de hígado y riñón. En el caso del hígado ingiriendo extractos de rábano negro y alcachofa así como de cardo mariano durante dos-tres meses (hay varias marcas en los herbolarios) y para limpiar el riñón tres productos homeopáticos conocidos: Calcárea Carbónica y Licopodium -ambas a la 30CH- y Berberis -ésta a la 7CH- para la arenilla y piedras de origen lipídico (una sola vez al día durante dos semanas). Asegura que funciona en la mayoría de los casos sin más y que cuando no es así suele deberse a que la persona padece hepatitis C o D recomendando en tales casos dos productos homeopáticos de Microinmunoterapia: el 2LCH en casos de hepatitis C y el 2LHD en los de hepatitis D.
(Más información en los números 78 y 91). DISCOVERYSALUD

viernes, 20 de noviembre de 2009

2ª Limpieza hepática



5ª Limpieza hepática


4ª Limpieza hepática


3ª Limpieza hepática


Resultado de mi 1ª


LA IMPORTANCIA DE ELIMINAR LAS PIEDRAS DEL HÍGADO, LA VESÍCULA Y LOS CONDUCTOS BILIARES


http://www.dsalud.com/numero106_1.htm

La mayoría de los adultos del mundo industrial -especialmente quienes sufren alguna enfermedad crónica como una dolencia coronaria, artritis, esclerosis múltiple o diabetes- tienen en común la presencia de cientos de piedras o cálculos que bloquean su hígado, la vesícula y los conductos biliares. Y la extracción de la vesícula o su operación -respuesta común en la actualidad- no suele solucionar el problema. Pues bien, el conocido terapeuta Andreas Moritz diseñó hace años un singular método de sorprendente eficacia para limpiar de arenilla y piedras el hígado y la vesícula en apenas siete días. Y en esta ocasión sí puede afirmarse que las imágenes que demuestran su eficacia valen más que mil palabras.
El hígado, órgano cuyas funciones le son prácticamente desconocidas a la mayoría de las personas, es uno más de los muchos campos en los que la Medicina Farmacológica y la Medicina Natural se enfrentan hoy día. Los médicos situados en la ortodoxia académica niegan la existencia de los cálculos hepáticos. Los médicos naturistas y los naturópatas, por su parte, sostienen no sólo su existencia como trastorno de base en un gran número de enfermedades crónicas sino que su expulsión mediante métodos naturales puede prevenir o solucionar además multitud de patologías. Y en ese sentido algunas de las fotografías que ilustran este reportaje así como el testimonio de su autor son una prueba más de la innegable existencia de tales cálculos. Los médicos podrán pues alegar lo que quieran pero lo cierto es que cuando cientos -si no miles- de " cálculos " congestionan el hígado impidiendo su normal funcionamiento es imposible que el organismo no se resienta negativamente y aparezcan las más diversas patologías.
"Mirad, os quería comentar lo que me sucedió el viernes -explicaba una internauta en un foro dedicado al intercambio de experiencias sobre la limpieza hepática-. Le comenté al médico lo de la limpieza hepática que estaba haciendo y se rió de mí. Me dijo que limpiarse el hígado era imposible, que el hígado no tiene piedras, que lo que yo eché era el resultado de la mezcla ingerida el sábado (las sales y el aceite se supone), que los conductos biliares miden 1 mm y que si intentara expulsar mi piedra de casi 2 cms no sólo sería algo absurdo sino que se me rajarían los conductos y el intestino delgado, me pondría amarilla y seguramente me moriría. Y ¡hala!, se quedó tan fresco el tío (.) Así que he investigado más. Él me dijo que los conductos biliares miden menos de 1 mm pero he investigado y suelen medir en adultos normales entre 7 y 8. Además he encontrado una enfermedad hepática que consiste en que un cálculo se queda atorado en el conducto impidiendo así el flujo de la bilis y provoca un intenso dolor".
En pocas palabras, la experiencia de quienes han llevado a cabo este tipo de limpieza es positiva en casi todos los casos: "La mayoría de los médicos (y, por tanto, de la gente en general) -decía la respuesta dada en el foro a la anterior consulta- no tienen ni idea de que podemos desarrollar sedimentos o piedras -también llamados cálculos- en los conductos hepáticos; no sólo en la vesícula sino también en el hígado. ¿Por qué? Porque no se ven en las ecografías. Un hígado graso que está empapado de colesterol, con los hepatocitos (células hepáticas) rebosando de colesterol, se ve en las ecografías como blanco pero sólo cuando está así de lleno se puede objetivar con una eco. Tan sólo las piedras duras calcificadas se reflejan por llevar cristales. Las piedras más blandas compuestas por colesterol o pigmentos de bilirrubina son transparentes a la eco y no aparecen visibles. Por eso no se localizan fácilmente si no se va a por ellas. El libro de Andreas Moritz explica muy bien todo eso. El cuerpo no tiene tiempo material de formar esas piedras sólo por tomar el aceite. Además, ¿como se explica que alguna gente -como yo- no eche nada en ocasiones? ¿Cómo se explica que no eches más a partir de la sexta limpieza o más? ¿Cómo vamos a formar cálculos de colesterol o bilis por tomar aceite de oliva? Se han llevado a analizar y son los típicos cálculos de vesícula. En fin, que no saben y su arrogancia les lleva a reírse de los pacientes. Me dan pena... A mi hermana le diagnosticaron cálculos en la vesícula con recomendación de operarse. Después de hacerse la limpieza volvió y le dijeron que no tenía cálculos, que debía haber sido un error de diagnóstico.... Pero les enseñó la foto de la ecografía y se quedaron sin saber qué decir".
Como nuestros lectores habituales saben en números anteriores hemos abordado ya la importancia de la limpieza hepática hablando, entre otras posibilidades, del método de la doctora Hulda Clark (léalo en el nº 67 entrando en nuestra web: www.dsalud.com ) y del de D. José María Cardesín (en los números 78 y 91). Pues bien, en esta ocasión vamos a abordar la limpieza hepática -el " hágalo usted mismo "- que propone el ya mencionado Andreas Moritz, terapeuta especialista en Medicina Ayurvédica, en su obra Limpieza hepática y de la vesícula (Ediciones Obelisco) que decenas de miles de personas en todo el mundo ya han seguido.
"La mayoría de la gente -afirma entre sus primeras explicaciones Moritz- asume que los cálculos biliares se producen sólo en la vesícula biliar. Una suposición errónea. La mayoría de los cálculos biliares se forman en realidad en el hígado y, comparativamente, pocos se producen en la vesícula biliar. Esto puede verificarlo cualquier persona al hacer una limpieza de hígado, con independencia de si es una persona corriente, médico, científico o alguien que ya no tiene vesícula biliar y piensa por tanto que está libre por completo de cálculos biliares".

EL HÍGADO, LA BILIS Y LOS CÁLCULOS
"A diferencia del estómago, por ejemplo, el hígado rara vez hace saber directamente cuando está disgustado o si necesita atención -señala Moritz-. Lo dice indirectamente, sin embargo, cuando uno comienza a sentirse mal. Una irritación de la piel, debilidad de la vista, un problema intestinal, un ciclo menstrual irregular, un recurrente dolor de cabeza, aumento de peso, pérdida de energía, envejecimiento súbito, estrechamiento de vasos sanguíneos, intestinos hinchados, problemas digestivos, dificultades para respirar, pérdida de memoria y de concentración, dolor en las articulaciones o cualquiera de las principales enfermedades como cardiopatías, cáncer, esclerosis múltiple, diabetes o la enfermedad de Alzheimer, por mencionar unas pocas, no se producirían si el hígado se encontrara en óptima forma. Y debido a que el hígado es el responsable de la transformación, conversión, distribución y mantenimiento del suministro de combustible del cuerpo, compuesto de nutrientes y energía, impedir esas funciones no sólo afecta al cuerpo en su conjunto sino también a la salud de cada célula".
Responsables de este deterioro serían los fragmentos coagulados de bilis -cálculos biliares formados básicamente de colesterol- que con el paso del tiempo y por diferentes razones van secándose y obstruyendo los conductos biliares en el hígado, órgano que interviene en más de 600 funciones bioquímicas indispensables para nuestra supervivencia. " Sí, es el mejor laboratorio que cada uno de nosotros lleva encima -nos diría el doctor Santiago de la Rosa, presidente de la Comisión de Médicos Naturistas del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y miembro de nuestro Consejo Asesor -. Ejecuta millones de reacciones bioquímicas y trabaja muchas veces las 24 horas del día sin rechistar. Se encarga de funciones como la síntesis de las proteínas plasmáticas, la elaboración de la bilis -necesaria para la digestión y absorción de las grasas-y la desintoxicación del cuerpo a la vez que actúa como almacén de vitaminas, glucógeno, etc. Incluso es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo transformándolas en otras inocuas. Algo para lo cual expulsa los materiales de desecho resultantes de todos los procesos en los que interviene a través de los conductos biliares. Pensemos que en el hígado se forman entre 1.1 y 1.6 litros diarios de bilis, fluido alcalino, amarillo y viscoso cuya misión es favorecer la digestión y eliminar las toxinas. Por eso cuando la bilis disminuye el trabajo que el hígado realiza deja de ser óptimo".
Imagínese el lector por un momento que parte de la red ferroviaria española quedara colapsada por piedras. Probablemente el país no se paralizaría al principio pero con el paso del tiempo el daño sería progresivo y afectaría a numerosas regiones. A cada una de forma diferente, obviamente, en función de qué tramos resultaran afectados. Bueno, pues lo mismo ocurre -según Moritz y otros expertos- con los conductos biliares por culpa de los malos hábitos nutricionales, el estrés, los estilos de vida desequilibrados y el consumo de drogas, fármacos y otros productos químicos como, por ejemplo, los aditivos alimentarios y químicos. El caso es que a veces, por todo ello, la bilis se seca. Y los conductos biliares del hígado quedan obstruidos por depósitos de bilis endurecidos o, lo que es lo mismo, cálculos biliares.
Moritz explica claramente en su libro la relación entre los problemas de oclusión causados por los cálculos biliares y la aparición de enfermedades de todo tipo: boca, estómago, páncreas, hígado, vesícula, dolencias cardíacas y circulatorias... "Cuando la comida ácida del estómago (quimo) llega al duodeno se mezcla primero con la bilis y los jugos pancreáticos -explica Moritz refiriéndose a las enfermedades intestinales- y después con los jugos intestinales. Pero los cálculos biliares en el hígado y la vesícula reducen en gran medida la secreción de bilis y eso debilita la capacidad de las enzimas pancreáticas para digerir los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Algo que, a su vez, impide al intestino delgado absorber correctamente los componentes nutricionales de las comidas (los monosacáridos de los carbohidratos, los aminoácidos de las proteínas y los ácidos grasos y el glicerol de las grasas). Dado que la presencia de bilis en los intestinos es esencial para la absorción de grasas, calcio y vitamina K los cálculos biliares pueden degenerar en enfermedades mortales como las cardiacas, la osteoporosis y el cáncer (.)" Y añade: "Las comidas que no han sido digeridas correctamente tienden a fermentar y descomponerse en los intestinos delgado y grueso". ¿Y cuáles son las consecuencias? Pues la aparición de bacterias, residuos tóxicos y, a medio o largo plazo, un gran número de enfermedades.
Pero no sólo existe relación entre la bilis y los problemas digestivos, algo que cualquiera señalaría como obvio. También se detiene Moritz en explicar otras relaciones menos conocidas como la de los trastornos producidos en el sistema nervioso como consecuencia de la formación de cálculos. " Los glóbulos blancos, los rojos y las plaquetas -explica- se forman en la médula ósea, la cual es alimentada y mantenida por los nutrientes proporcionados por el sistema digestivo. Los cálculos biliares en el hígado interfieren con la digestión y asimilación de comida lo cual llena el plasma con material de desecho excesivo y reduce la distribución de nutrientes a la médula ósea. Esto, a su vez, altera el equilibrio de los componentes de las células sanguíneas, interrumpe el flujo hormonal y causa respuestas anormales en el sistema nervioso (.) Los cálculos biliares en el hígado reducen en gran medida la distribución de glucosa al cerebro y al resto del sistema nervioso lo cual puede afectar al rendimiento de los órganos, los sentidos y la mente".
Todo lo cual, según Moritz, lleva al consiguiente deterioro de las funciones hepáticas, a la disminución del suministro de nutrientes a los billones de células del cuerpo y a una merma de la labor de desintoxicación lo que puede terminar dando lugar a numerosas patologías y enfermedades crónicas. Un problema que no resolvería ni la extirpación de la vesícula. El doctor De la Rosa lo corrobora: "Si se extirpa la vesícula biliar se eliminan los cálculos que ésta contiene, pero, ¿y los que se están formando en el hígado? Como no se ven es como si no existieran pero con el tiempo veríamos que la salida de bilis del hígado disminuye y volveríamos a padecer problemas en las digestiones además de otros síntomas como muy bien relata en su libro el Sr. Moritz. En él expone exhaustivamente el problema de cálculos que tuvo desde niño y cómo mejoró cuando efectuó sus curas de limpieza hepática y de la vesícula biliar. De hecho de ahí le vino la experiencia que después le permitiría aconsejar hacer lo mismo a los demás".

LIMPIEZA HEPÁTICA
La limpieza hepática es, en apariencia, un simple " hágalo usted mismo ", según reconoce el propio Moritz. Sin embargo, tan importante como lo que dice el autor que hay que hacer es lo que no hay que hacer. Que también lo explica y por eso la lectura de la obra nos parece imprescindible para quien quiera proceder a la limpieza que propone ya que es difícil resumir -entre otras, por razones de espacio- todas sus directrices y consejos además de aclarar las posibles dudas.
En todo caso adelantamos que se requieren sólo seis días de preparación a los que seguirá el proceso de limpieza propiamente dicho que apenas dura 20 horas. Y como es recomendable hacerla un fin de semana la preparación debería comenzar también un sábado por la tarde a fin de aprovechar la estancia en casa del domingo de la siguiente semana para expulsar las piedras. Y un consejo más: si se decide a hacerla consulte con su médico o terapeuta para poder controlar efectos indeseados. No todo el mundo reacciona igual.
Los elementos necesarios para llevar a cabo la limpieza hepática de Mortiz son en realidad muy pocos. Bastan éstos:
-Un bote de Sales de Epsom.
-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
-Un zumo de pomelo (preferiblemente rosa). Si no le gusta o no lo encuentra puede sustituirlo por zumo de limones y naranjas a partes iguales.
-Seis litros de zumo de manzana, preferiblemente ecológicas (hay que ingerir uno al día). También puede sustituirse por cápsulas de ácido málico.
Es todo. Eso sí, como paso previo a la limpieza Moritz aconseja someterse antes a una hidroterapia de colon a fin de reducir las incomodidades en el momento de las evacuaciones. Puede hacerse un par de días antes o el mismo día en que vaya a hacerse la limpieza. También aconseja realizar previamente una limpieza de riñón -en el libro explica igualmente cómo hacerla-, algo que entiende absolutamente imprescindible en el caso de personas con antecedentes de problemas renales. De esa manera se permite al riñón que vaya deshaciéndose de las toxinas acumuladas y no sufra en el momento de la limpieza una crisis depurativa.
De forma resumida diremos que la persona que decida realizar la limpieza debe tomar cada día -y durante seis- un litro de zumo de manzana (o, en su defecto, de 1.500 a 2.000 mg de ácido málico en polvo diluido en dos vasos de agua) en pequeños tragos a lo largo del día. La razón es que el ácido málico del zumo de manzana reblandece los cálculos además de tener un efecto fermentador que favorece la expansión de los conductos biliares. Eso sí, durante esos seis días no debe ingerirse nada frío y se deben evitar las comidas de origen animal, los productos lácteos y los fritos restringiendo además las cantidades a tomar.
La limpieza propiamente dicha, como ya dijimos, comenzará el sexto día por la tarde. Ese día sólo se debe ingerir en el desayuno frutas y zumos. Ni comidas proteínicas, ni mantequilla, ni aceite. Y a mediodía verduras al vapor con arroz blanco. En cuanto a la bebida, sólo agua. Luego, a media tarde, hacia las 18.00 horas, se echarán 4 cucharadas soperas de Sales de Epsom en una jarra o tarro a la que se añadirá el agua correspondiente a tres vasos grandes llenos. Una vez bien mezclado todo se bebe un primer vaso lleno en sus tres cuartas partes. Operación que debe repetirse de nuevo a las 20.00 horas. Esto se hace porque las Sales de Epsom llevan magnesio y además de tener un ligero efecto laxante -de hecho mucha gente con estreñimiento las usa habitualmente- tiene la gran virtud de dilatar los canales del hígado y el coledoco -conducto que desemboca en el duodeno y transporta la bilis- lo que facilita la salida de las piedras.
Finalmente, poco antes de las 22.00 horas debe mezclarse en otra jarra o tarro medio vaso de aceite de oliva virgen extra y tres cuartos de vaso de zumo de pomelo exprimido a mano y sin pulpa (o, en su defecto, zumo de naranjas y limones mezclados). Y tras agitar la mezcla con fuerza beberla lentamente estando de pie junto a la cama para, a continuación, acostarse inmediatamente; mejor sobre el costado derecho y con las piernas encogidas en posición fetal a fin de que la mezcla penetre mejor hacia la vesícula. El zumo de pomelo permite quitarle el sabor al aceite. Además es rico en vitamina C, depurativo, antiséptico natural, antimicrobiano y rico en ácidos cítrico, galacturónico, fórmico y málico. En cuanto al aceite además de ser lubricante y facilitar la expulsión de las piedras provoca la elaboración de mucha bilis. Tomar un vaso de aceite para eliminar cálculos es en realidad un remedio muy antiguo pero tiene el riesgo de que las piedras pueden quedarse bloqueadas y producir dolorosos cólicos... algo que se evita con la acción del ácido málico y la dilatación de los canales gracias a las Sales de Epsom.
Es todo de momento. Luego hay que intentar dormir. Lo único que se puede notar es que los cálculos se están desplazando por el hígado y cómo la vesícula se esfuerza en expulsarlos. Y quizás necesite ir al baño para evacuar pero luego debe acostarse de nuevo.
Transcurrida la noche deberá volver a ingerir las sales de Epsom diluidas hacia las 6.00 o 6.30 de la mañana del domingo y, por último, la cuarta y última toma hacia la 8.00 u 8.30. Dos horas después podrá ya ingerir si tiene hambre algún zumo y media hora más tarde una o dos piezas de fruta fresca. Y pasada otra hora más algún alimento sólido no muy pesado.
Todo dependerá de cómo se encuentre ya que a lo largo de esa mañana dominical -y quizás también por la tarde- tendrá que acudir varias veces al baño (si no ha tenido que hacerlo ya antes) para empezar las evacuaciones de piedras. Sabrá que es así porque flotarán en el agua y podrá hasta contarlas. Pueden ser docenas... o centenares. De distinto color y textura.
La limpieza habrá así concluido. Pero, ¡ojo!, eso no significa que haya eliminado usted todas. Puede tener muchas más. De ahí que Moritz recomiende hacer en realidad varias limpiezas hasta que no salgan más. A razón de una al mes.
Asimismo recomienda que tras cada limpieza se haga una hidroterapia de colon. Si puede permitírselo, con uno de los modernos aparatos a presión que hoy existen ya en muchos establecimientos y consultas. Si no puede o no quiere, con un irrigador en casa usando agua a temperatura corporal o ambiente (los encontrará en cualquier farmacia). Moritz en su libro, explica además distintas alternativas a la hidroterapia.
Insistimos, para terminar, que lo que antecede es simplemente una síntesis del protocolo de Andreas Moritz y sirve sólo como invitación a que cada uno profundice, en coordinación con su médico o terapeuta, en la limpieza hepática como método terapéutico.
"Hay muy diversos síntomas sin causas aparentes -nos diría el doctor De la Rosa- que pueden llevarnos a pensar en la necesidad de una limpieza hepática: dispepsias crónicas e hinchazón de abdomen, reflujos gastroesofágicos, malas digestiones crónicas, molestias hepatobiliares, dolor de cabeza, náuseas y mareos crónicos y falta de tono vital... Sólo hay que hacer un diagnóstico diferencial médico. Si exploramos visualmente la lengua y la parte de la raíz V lingual tiene saburra blanquecina o grasa que no se elimina y permanece durante mucho tiempo con nosotros debemos sospechar que hay algo de retención en nuestro organismo. Puede ser un complemento en los casos en los que exista una patología de deposición".
Según Moritz la recompensa es impagable: "Al eliminar las piedras a través de una serie de limpiezas del hígado (por lo general de seis a ocho son suficientes para restablecer plenamente el rendimiento del hígado), y, por consiguiente, mantener una dieta razonablemente saludable y un estilo de vida más natural el hígado vuelve a su natural eficacia y la mayoría, si no todos, de los síntomas de incomodidad comenzarán a disminuir. La energía y el bienestar en particular -afirma rotundo- aumentan con cada limpieza. Limpiando el hígado se eliminan miles de bits de sustancias tóxicas que han ayudado a formar las piedras y bloquear miles de conductos biliares del hígado. La limpieza de los conductos biliares del hígado de cálculos biliares puede ser de hecho una de los más importantes y poderosos procedimientos para mejorar drásticamente la salud y elevar la vibración del cuerpo. Al volver a abrir los conductos biliares la energía del cuerpo queda restaurada y la curación puede llevarse a cabo en todos los niveles de cuerpo, mente y espíritu".

UNA EXPERIENCIA PERSONAL
Debo decir finalmente que las llamativas fotos que acompañan este reportaje son el producto de cuatro autolimpiezas hepáticas realizadas por Ignacio del Barco -paciente del doctor Santiago De La Rosa- y en ellas aparecen los cientos de piedras -unas más grandes que otras, unas más compactas que otras- que ha ido eliminando a lo largo de tan sólo dos meses. Y como puede verse en ellas hay piedras mezcla de bilis y colesterol -las más verdosas- y piedras de puro colesterol -las de color crema-. Incluso se aprecian en algunos parásitos en forma de mini " mariquitas " colocadas sobre los cálculos.
Agregaré que Del Barco es una persona preparada. Estudió dos años de Medicina, trabajó para el INSALUD en el País Vasco y es experto en Matemáticas Biológicas pero, ante todo, le interesa el comportamiento humano y su relación con la salud. "En la dinámica de comprar -nos diría-, cuando todos compran interviene una hormona, la de la euforia, que está vinculada al sexo. Pero cuando hablamos de vender la hormona es más potente y nos condiciona para la huida de acuerdo a nuestro instinto de supervivencia. En Matemáticas Biológicas se estudia con las hormigas. Tú pones una hormiga encima de una mesa y se vuelve loca. Tienes 20 y no hacen nada. Pero pones un millón y enseguida forman un ejército con un comportamiento matemático estudiadísimo. Bueno, pues esto se está también estudiado en el comportamiento humano".
Indudablemente lo suyo son las cifras y no cualesquiera. Director General de una consultora de inversiones y pensiones su equipo mueve en todo el mundo miles de millones de euros sobre los que tiene que decidir. Le interesan pues más los costes de la no dependencia que los de la dependencia y no entiende que las pensiones sirvan para pagar a alguien para que nos ayude. "Hay cosas muy sencillas para el cerebro -nos comentaría-. Hay una serie de consejos que si se siguen mejoran ostensiblemente la memoria que es la base de la inteligencia y, por tanto, de todos los procesos cognitivos. Y hay una serie de productos naturales que se pueden tomar para lograrlo. Es un tema que me interesa mucho. Yo voy siempre cargado de información sobre salud y de productos naturales porque mi actividad es constante. Viajo por todo el mundo, soporto reuniones maratonianas y las decisiones que debo tomar afectan al destino de cientos de millones de euros". Y como buen autodidacta un día decidió abordar sus problemas de salud mediante una limpieza hepática siguiendo el protocolo de Moritz y completándolo luego con algunas recomendaciones incluidas en el protocolo de la doctora Clark.
Del Barco nos contaría que durante años tuvo las transaminasas altas -bebiera o no bebiera-, el ácido úrico alto -con ataques de gota repetitivos aunque eliminara las comidas susceptibles de provocar un aumento del mismo- y el colesterol alto. " Tengo un dato estadístico muy importante -nos diría mientras mirábamos las fotos de este reportaje- y es que las personas que fallecen de muerte súbita siempre presentan tres factores comunes: ácido úrico elevado, transaminasas elevadas y colesterol elevado. No por tenerlas así uno tiene que morirse pero todo el que muere joven de muerte súbita las tiene. Se ha contrastado epidemiológicamente. Yo tenía el colesterol en doscientos y pico, las transaminasas elevadas y el ácido úrico en diez. Y los tres están vinculados al hígado. Así que empecé la limpieza hepática para ver si funcionaba, como un puro experimento, porque las fotos que veía no acababan de convencerme. Es más, cada semana me hago una analítica para comprobar la evolución de los tres indicadores y cada año un test de intolerancia alimentaria. Bueno, pues en el laboratorio del Dr. Calderón se me detectó en el 2005 que había 34 alimentos a los que era intolerante. Y en el 2006 el resultado se repitió. Por eso el pasado 2 de marzo decidí aceptar el consejo del Dr. De la Rosa y hacerme una limpieza hepática".
Con un resultado, añadiremos nosotros, extremadamente positivo. "Desde entonces -nos diría- he expulsado cálculos crema -que son de colesterol- y verdes -de colesterol y bilis-. Sólo me falta expulsar los negros endurecidos. Así que voy a seguir con las limpiezas cada quince días o cada mes que es lo que aconseja Moritz hasta que no quede ninguna. Y es que los resultados están ahí. No sólo mi estado general es mejor sino que los propios análisis lo corroboran. El último análisis de transaminasas me da 81cuando antes estaba en 126, el ácido úrico estaba en 10 y ahora está en 9,12, el colesterol estaba en 220 y ahora está en 166. Y sólo soy intolerante ya a 17 alimentos en lugar de a 34. Y no porque haya dejado de comer los alimentos que me sientan mal pues no ha sido así; comerlos ha formado parte de mi propio experimento. A mi juicio demuestra la importancia de la limpieza hepática también en el caso de las intolerancias alimentarias. Debo decir además que me siento con mucha más energía y una sensación de liviandad que probablemente se deba a la disminución del tamaño de mi hígado. Y es que me habían diagnosticado una hepatomegalia con hígado graso". Por mi parte debo agregar que con posterioridad a este encuentro volví a ver a Del Barco y me aseguró que sus cifras seguían mejorando.
Me gustaría en cualquier caso agregar que los conocimientos de salud de Ignacio del Barco le llevarían a complementar la propuesta de Moritz con la limpieza de parásitos previa aconsejada por la doctora Clark así como a ingerir cada noche ornitina antes de dormir -tal como ella recomienda- porque además de relajar ayuda a eliminar el amoniaco, especialmente tóxico para el cerebro y causa frecuente de insomnio.
En todo caso, y aunque la limpieza hepática es un procedimiento sencillo, es mejor realizarla bajo la supervisión de un profesional y siempre respetando el consejo del propio Moritz de seguir el protocolo completo al pie de la letra. Algo cuya importancia nos reconocería el propio Ignacio Del Barco: "Hay que seguir a rajatabla el protocolo. Que no se le ocurra a nadie no hacerlo así porque puede acabar en el hospital. El día de la limpieza, por ejemplo, no se debe tomar más que fruta, avena con agua y ensalada. No se deben ingerir ni siquiera frutos secos porque en ese caso se necesitaría bilis para su digestión, la presión biliar sería menor y la expulsión de los cálculos, al salir mucho más secos, podría ser dolorosa. Asimismo, si no se dejan pasar al menos quince días entre limpieza y limpieza uno se arriesga a tener problemas. Yo decidí probar, la repetí sólo una semana después de la primera y tuve un ataque de gota por no dejar que los riñones tuvieran tiempo de eliminar por completo los fragmentos minúsculos que pueden pasar a través de la sangre a los riñones. Dejar pasar pues sólo una semana es un enorme error. Las limpiezas se deben distanciar como mínimo entre quince días y un mes. Sin olvidar que antes de cada una de ellas hay que hacer una limpieza de colon previa. En suma, hay que seguir todos los pasos del protocolo sin excepción".
El doctor Santiago de la Rosa nos diría por su parte para finalizar: "Debo decir que esta experiencia no sólo le ha permitido a Ignacio mejorar su cuadro clínico -los niveles de transaminasas, ácido úrico y colesterol- sino que emocionalmente ha notado que está menos irritado, estresado y ofuscado que es lo que produce el hígado según la Medicina Tradicional China. Y su experiencia -como la de tantos otros que se han sometido ya a la limpieza hepática de Andreas Moritz o de Hulda Clark- debería también servirnos de enseñaza a los demás. Porque es verdad que todos aprendemos cada día algo nuevo pero intuyo que esta vez la enseñanza es muy importante. Se nos ha enseñado que nuestro principal laboratorio orgánico, el hígado, puede limpiarse. A veces con drenadores suaves, otras con algunos moderadamente fuertes -homeopáticos o fitoterápicos- pero ahora sabemos también que, llegado el caso, podemos someterle a una limpieza general a fondo que incluya la eliminación de los cálculos intrahepáticos. Algo realmente importante sobre todo cuando otras posibilidades terapéuticas hayan fallado ya. Eso sí, para llevar a cabo esta cura mi consejo es que el paciente se coordine con un médico que conozca bien el tema y pueda ayudarle en el caso de que apareciesen problemas inesperados".


Sonia Barahona